Final Alternativo 2
...En cuanto desperté mi padre me dijo que llevaba dos semanas inconsciente, mi vida era una confusión, en mis recuerdos no estaba lo que había sucedido, mis padres y mi familia no entraban en detalles de lo que me había pasado, sólo decían que en el huracán me había golpeado la cabeza con un árbol, y recuerdo a K que vivía junto a mi, pero mis padres afirmaban que se habían mudado antes de que yo despertara.
Los días pasaron y regresé a la escuela, sentía que algo en mi vida no estaba bien, algo mas que la memoria de esas semanas en las que estaba inconsciente. Cada día que pasaba sentía mas la ausencia de mi memoria, y eso me estaba perturbando, una sensación recurrente de necesidad de respuestas me agobió y decidí indagar. Esa tarde al salir de la escuela, volví al malecón donde solía pararme con K a admirar el mar en todo su esplendor, estando allí, concentré mi mirada en el mar, veía como las olas se expandían y se contraían, como la marea de una manera suave arrullaba mi mente, y en ese momento, juro que lo vi, era K en una burbuja que sobresalía del residuo de una ola, me miraba con temor.
Me aterrorizó la imagen, y salí corriendo a mi casa, sin decir nada a nadie de lo ocurrido, cené y subí a mi cuarto, después de hacer mis deberes, me preparé para dormir, y cuando estaba a punto de quedarme dormido, sentí como una ola tocaba mis pies, abrí los ojos de golpe, y justo frente a mi estaba K, mirándome fijamente, así como en el mar, temí por mi vida y cerré los ojos, al recuperar un poco la valentía, abrí de nuevo los ojos y K ya no estaba.
Al pasar de los días las apariciones de hacían más recurrentes, hasta que me acostumbré a verlo, aparecía en el armario, en el autobús de camino a la escuela, y donde más me asustaba, en la ducha, entre mas constantes se hicieron sus apariciones, más curiosidad causaba en mi, este tipo de fenómeno, ¿qué pasó?, ¿por qué mi amigo se estaba manifestando de esta manera?, surgió en mi la duda si el era infeliz en su nuevo lugar de residencia y decidí emprender en su búsqueda.
Fue difícil, nadie me daba razón de ellos, y K en silencio solo me seguía, queriendo gritarme su verdad.
Un día en la escuela una niña a la que todos rechazaban porque le temían, se decía que ella podía charlar con los muertos, se acercó a mi y me dijo: tu amigo quiere despedirse de ti y quiere hablarte hoy a la media noche. Quedé paralizado, pero no sentía miedo, sentía que había descubierto una luz en ese túnel oscuro. Llegó la media noche y con ella, la niña de los fantasmas, tocó a mi ventana y yo la dejé seguir, se sentó en mi cama y de repente el mar que se veía por mi ventana comenzó a agitar sus aguas bastamente, sus ojos se pusieron y blanco y de repente la voz de K salió de ella, - El mar me llevó a su profundidad y esa ahora es mi casa, el siguiente eres tú-. La niña volvió del trance, tomó su abrigo y salió por mi ventana de nuevo aterrorizada, yo sin palabras ni aliento, intenté dormir, sin lograrlo, por muchos días. K no había regresado a mi vida después del mensaje dado por la niña.
Días después mi vida no podía ser peor, no podía dejar de repetirme ¿por qué K querría vengarse de mi?, sin una sola esperanza y con los nervios a flor de piel, salí de mi casa, fui al malecón, y nuevamente una oleada de valentía me recorrió, y nuevamente miré al mar, ese mar asesino que me estaba buscando para consumirme en él, como lo había hecho con mi amigo, lo miré fijamente y le hablé con firmeza -¿qué quieres de mi?-, dije sin tener esperanzas en una respuesta, y de golpe sale frente a mi una ola, que me invitaba a seguirla, mágicamente había obtenido respuesta a mi pregunta, pero no entendía por qué el cambio de ánimo del mar frente a mi. Seguí la ola con un solo propósito, encontrar a mi amigo, descendí con la ola unos 5 minutos, la luz de la superficie ya se veía con dificultad, pero mi ganas estaban enteras, al terminar de descender llegamos a un arrecife de coral hermoso, y allí vi a K, justo en frente de mi. Pero no era ese fantasma que me seguía y me hacía sentir miedo, este era mi K, un niño dulce y bondadoso, tanto que se sentía, me acerqué a el y charlamos, charlamos como si fuera nuestra ultima conversación.
Lo que no sabía, es que era nuestra primera conversación estando en el fondo.
Nunca superé su perdida y mi mente se negaba a aceptar la realidad, encontré en muy poco tiempo noticias de la muerte de K y del suicidio de sus padres, no pude soportar más que unas cuantas semanas en esa "realidad" creada por mi estado de negación, así que decidí unirme a mi amigo en el fondo del mar, esa noche, desde el malecón.